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10 años de diseño, crecimiento y mucho aprendizaje

  • Foto del escritor: Vanessa Bolivar
    Vanessa Bolivar
  • 24 feb
  • 3 Min. de lectura

Creado por: Vane!


Desde que tengo memoria, sabía que mi alma era creativa y que mi camino estaba en resolver retos con color, estética y estrategia. En 2017, con un mix entre incertidumbre y confianza absoluta en mi talento, comencé mi viaje en el diseño. Mi primer espacio de trabajo fue una habitación en la casa de mis papás, pero eso sí, siempre aesthetic, porque una diseñadora necesita un espacio donde fluya la creatividad y, obvio, donde pueda tomarse fotos. Recuerdo mis primeros videos en redes, donde hablaba de diseño con mi celular Samsung y muchas ganas de ser "Influencer". La gente reaccionaba súper bien.



Mientras estudiaba, ya tenía mis primeros clientes. No tenía experiencia, pero tenía ganas, y eso bastó para que tres valientes clientes confiaran en mi trabajo. Además, tenía dos socios que presumían con orgullo que yo era la diseñadora de nuestra agencia, Strategic. De repente, ya tenía un equipo de diseño a mi cargo, con quienes compartí no solo proyectos, sino también historias, sueños y más de una trasnochada.



Y de repente... todo cambió. Cuando emprendes, un día tienes clientes de sobra y al siguiente te enfrentas a una crisis. Con la pandemia, mi agencia ya no podía sostener a mi equipo. Pasamos de 10 personas a ser 3 (mis 2 socios y yo). Eventualmente, dejé mi empresa (Strategic) para sumarme a un proyecto de Proptech con mis socios.


"¿El problema? No vi las red flags. No presté atención. No le di importancia a mi bienestar." pero de un momento a otro, algo en mí se desconectó. Mi mente decía una cosa, mi cuerpo sentía otra. En medio de todo eso, decidí meterme de lleno al mundo del UX/UI. Hice un curso que me tomé como si fuera mi segunda carrera. 3 a.m., 4 a.m., yo pensando en cómo mejorar mi trabajo, obsesionada con ser la mejor del curso. ¿Para qué? ¿Qué necesidad? Pero ahí empezó una autoexigencia que me pasó factura. Buscaba la validación de todos: mi familia, mi pareja, mis amigos, mis clientes.



"¡Juzga mi diseño sin miedo! ¡Hago todos los cambios que quieras!" Error.

Mi cuerpo respondió: epicondilitis, tendinitis, todo lo que terminara en "itis". Descuidé mi salud física y mental. Y lo peor es que en ese momento no lo veía malo.


Pero mi corazón siempre estuvo en el diseño. Así que, cuando decidí volver con mi agencia, la respuesta fue mejor de lo que esperaba: muchos clientes volvieron, algunos me esperaron y otros confiaron en mí por primera vez. Y así, Strategic se convirtió en Gudness.


Ahora, soy mi prioridad. No, no volvió el equipo de 10 personas. Ahora, somos Santi y yo. Él con su mundo de drones, cámaras y luces. Yo con mi mundo rosado, colocando brillitos innecesarios a documentos de Excel y creando marcas poderosas.


Han sido 10 años de altibajos, pero en estos dos años con Gudness he aprendido algo: SOY PRIORIDAD. Diseño con pasión, pero si no me gusta algo, no lo presento. Me doy espacio para descansar, tomar sol, ir a terapia y cuidar mi salud mental. Y sí, en algún punto me tocó pedir ayudar... estoy en psicología y psiquiatría. Pero esa historia la dejamos para otro día. ¡Déjenme saber si la quieren leer!


Hoy, sigo aquí, con solo dos clientes fijos, pero con ganas de comerme el mundo otra vez. Emprender es duro, pero qué bonito es saber que, a pesar de todo, puedo decir:

"¡QUÉ BIEN LO ESTOY HACIENDO VANE!"


 
 
 

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